A través del recital denominado “Noche Mágica de Navidad” el Gobierno Municipal brinda a las familias un espectáculo de sano esparcimiento y difunde valores con los espectáculos presentados la noche del viernes en el parque Quintana Roo siendo el principal un cuento clásico de hadas denominado “El Cascanueces”.
Mediante las acciones que se realizan en la dirección de Cultura está la premisa de la presidenta municipal Juanita Alonso Marrufo de ser parte de la recomposición social a través de los talleres y que lo aprendido por los alumnos y alumnas sea difundido ya que con ello se puede promover la equidad de género, la inclusión y el crecimiento artístico e intelectual de las niñas, niños y de toda la población isleña.
Por ello y siguiendo las tradiciones de la época la noche del viernes se llevó a cabo el recital “Noche Mágica de Navidad” siendo los abuelitos de la Estancia de Día del Adulto Mayor los encargados de la apertura del festival contagiando de alegría y entusiasmo al público presente en el recinto.
Posteriormente 21 alumnas y alumnos del taller de danza clásica a cargo de la profesora Ruby Rosado, cautivaron al público local y turistas con presentación magistralmente del tradicional cuento de hadas, “El Cascanueces”, obra que deja una gran enseñanza al transmitir la fuerza necesaria para vencer los miedos, que con la perseverancia se consiguen grandes resultados y que la belleza viene del interior del ser humano.
Este popular cuento navideño de dos actos que recrea la celebración de la Nochebuena, siendo la historia cuando Clarita recibe como regalo un cascanueces con figura de soldado, el cual cobra vida y luego de una dura batalla y lograr derrotar al rey ratón, la lleva a un viaje lleno de encanto y fantasía por diversos países.
Cabe señalar que “El Cascanueces” es una obra representada en el ballet clásico en todo el mundo en época navideña, fue compuesta por Piot I. Tchaikovsky, la coreografía original es de Lev Ivanov y libreto de Marius Petipa, basado en el texto de Alejandro Dumas e inspirado en el cuento de E.T.A. Hoffmann “El Cascanueces y el rey de los ratones”.